Con el uso del novedoso láser Q-Switch puede eliminar los tatuajes sin quemaduras ni cicatrices, ya que con el mismo se aplica mucha energía en muy poco tiempo sobre la tinta para disgregar las partículas y que nuestro propio organismo las elimine a través del sistema linfático en los siguientes dos o tres meses.
De esta manera, tras varias sesiones de láser espaciadas cada tres meses, la piel queda íntegra, sin el anterior tatuaje “y sin necesidad de curas paliativas para las quemaduras, porque no existen”, explica Carles Just.
Como medida de precaución, se recomienda no tomar el sol en los días siguientes a la sesión de láser y beber mucha agua, ya que su absorción favorece la hidratación de la piel y la eliminación de las partículas de tinta por el sistema linfático.
No todas las personas pueden hacer que el tatuaje desaparezca de su cuerpo así por las buenas, ya que aquellos que contienen pigmentos metálicos, muy propios de los tatuajes que se aplicaban en Holanda, serán para siempre y los de color rojo o amarillo conllevan una dificultad añadida, aunque no son tampoco imposibles de borrar.
"El número de sesiones y el precio del tratamiento, que se valora en su conjunto, no depende tanto de la extensión del tatuaje como de su profundidad en la piel", comenta el doctor Just, para quien no existen contraindicaciones para esta nueva técnica. “No existe dato alguno que lo avale”, agrega.
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