viernes, 14 de octubre de 2011

Los Tatuajes en el mundo del futbol


En el pasado era una cosa propia de macarras y delincuentes, ahora es de futbolistas, cantantes y toreros. Los tatuajes están de moda y pocos son los jugadores que se resisten a lucir en su cuerpo un dibujo o un nombre grabado con tinta en la piel.

Cristiano Ronaldo, Kaká y Casillas aparecen en la lista de los "lienzos limpios", aunque nunca se sabe por cuánto tiempo. Guerreros, animales, héroes mitológicos, flores, mujeres, nombres, Copas del Mundo y todo lo que se le ocurra puede convertirse en tatuaje, siendo jugador.


David Beckham fue uno de los pioneros, su torso desnudo en el campo y en los anuncios le convirtió en un icono. Lo del inglés, con el paso del tiempo, paso a ser una obsesión. En su cuerpo hay veinte tatuajes, aunque le supera el italiano Materrazzi, con 23.

El último capricho de David ha sido incluir el nombre de su cuarta hija, Harper, manuscrito con letra en cursiva sobre su clavícula izquierda, muy cerca del cuello. Antes grabó los de Romeo, Brooklyn y Cruz: "Yo siempre los he entendido como una forma de expresar cómo me siento, cuáles son mis pensamientos y qué recuerdos son más importantes.

No llevo ningún dibujo en la piel que no tengan un significado especial". El penúltimo fue un Jesucristo sujetado por varios angelotes alados que precisó de dos sesiones de seis horas cada una. Beckham, después de romper su relación con el artista inglés Louis Molloy, se ha puesto en manos del estudio de Mark Mahoney, en Hollywood, considerado el padre fundador del dibujo negro y gris con una sola aguja.

Confieso que me he preguntado muchas veces ¿Por qué y para qué se tatúan los futbolistas? La respuesta más simple podría ser: "Porque les da la gana y cada uno con su cuerpo hace lo que le parece". Después de la obvio conviene recurrir al análisis y a los especialistas. Me quedó con dos opiniones. La primera me la da un entrenador: "El narcisismo es algo muy ligado a los futbolistas.

Están orgullosos de su físico, les gusta mostrarlo y utilizan el cuerpo como vehículo para reivindicar cosas. El nombre de una mujer, el de una madre, los hijos, un sentimiento religioso, una frase bíblica". Otra explicación la ofrece Leandro Miralles, un argentino nacido en Quilmes que es el autor de la mayoría de tatuajes que lucen los futbolistas españoles y argentinos: "Intentan reflejar con tatuajes momentos especiales de su carrera, como una victoria, goles importantes que marcan, o simplemente buscan un cambio en su suerte. Pueden ser simbólicos o de protección".

Leo Millares es el hombre que tatúa a Fernando Torres, Pepe Reina, Sergio Ramos, Drenthe, Mascherano, José María Gutiérrez "Guti", Sergio Agüero, Antonio López, Ariel Ibagaza, Leo Franco, Mario Álvarez y muchos otros jugadores.La amistad con Torres es antigua, de su época en el Atlético de Madrid. Fernando es un adicto a los tatuajes y esa pasión le ha llevado a instalar en su casa un pequeño estudio donde Leo trabaja con comodidad cada vez que se desplaza a Inglaterra.

Sorprende alguno de los tatuajes que llevan esculpidos en sus cuerpos jugadores famosos. Guti lleva una estrella en el codo y el mago Merlín en el tobillo izquierdo, aunque su preferido es "una Capilla Sixtina", donde conviven ángeles y demonios. El argentino Di Maria, en el Real Madrid, luce una frase completa en su brazo izquierdo: "Nacer en El Perdriel fue y será lo mejor que me pasó en la vida". Deco, ex jugador del Barcelona y del Chelsea, que juega ahora en Brasil, se tatuó una geisha japonesa. Víctor Valdés lleva en su brazo derecho un gladiador romano con casco.

 El checo Ujfalusi, muestra en su brazo derecho un faraón egipcio y en el izquierdo una silueta de mujer. Maradona otro de los adictos luce la famosa imagen del Che Guevara en su brazo derecho. Del Piero un ave imperial, Cassano un dragón, además de un guerrero maorí y un cangrejo.

A los médicos de los equipos de fútbol no les gustan los tatuajes de sus "locos" pacientes. Consideran que tatuarse es un foco de infecciones y recomiendan a los futbolistas evitar riesgos innecesarios: "Los jugadores tienen que tener claro que no es lo mismo hacerse un tatuaje en periodo vacaciones que durante la temporada, y si se trata de uno de grandes dimensiones, que requiere varias sesiones, es conveniente hacerlo cuando no haya que jugar partidos en fechas próximas".

Como no los pueden prohibir recomiendan que pidan el certificado de sanidad del centro y referencias del tatuador, les aconsejan que comprueben que las agujas sean nuevas y, sobre todo, que estén esterilizadas: "Una sesión de tatuaje, que puede oscilar entre una y cinco horas dependiendo del tamaño, produce cansancio, agotamiento y hasta mareos. Hacer esto en un momento en el que el equipo tiene compromisos y viajes tiene consecuencias muy negativas".

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